EN TRES HORAS LES PUSIMOS LA LUZ
Esta fue una de las tantas expresiones de nuestro Presidente ante la tragedia del servicio eléctrico en Venezuela. La verdad es que resulta muy difícil “poner la luz”, pues entiendo que la luz es una radiación electromagnética compuesta por fotones y su velocidad es de 3.108 metros por segundo, en vacío. Si nuestro Presidente quien pregona en sus “cadenas” la necesidad de conocer matemáticas, física, etc. se atreve a poner la luz, pues que le vaya bien, que lo menos que puede esperar es un Premio Novel por un invento tan inesperado. Que yo sepa, lo que se “pone”, tratándose de luz, es el sol, y eso por razones de orientación, así decimos, por ejemplo: el sol se está poniendo. Pero como si esto no fuera suficiente para hablar de servicio eléctrico, el más alto ejecutivo socialista del sector eléctrico en Venezuela deja colar en un diario de circulación nacional un nuevo tipo de línea de transmisión de energía eléctrica, se trata de una línea de 800 megavatios. Pues nada, podemos estar tranquilos que la luz la pondrán en una línea tan particular y la crisis se acabará.
Pero voy a tratar de poner algunas cosas en claro, basado en mi experiencia en desarrollo de sistemas de mantenimiento por más de treinta años, particularmente en el estudio de confiabilidad de sistemas y soportado por las excelentes exposiciones en relación a la crisis del servicio que han dado especialistas muy calificados como Manuel Acosta, Víctor Poleo, entre otros. He creído conveniente refrescar un concepto fundamental cuál es precisamente el de CONFIABILIDAD. Me refiero a la probabilidad de que un sistema no falle cuando está en servicio o de que esté disponible para cumplir su misión cuando es requerido a operación. Estas probabilidades se calculan en función de la frecuencia de ocurrencia de eventos, en este caso fallas. Por ejemplo: si un pelotero está bateando sobre los 350 puntos, y lo vemos al bate, lo que podemos esperar es un Hit, simplemente el hombre ha venido bateando cada día mejor. Bueno, que esperaría usted si en el año 2007 hubo 113 fallas mayores a 100 Mw y en 2010 se registraron más de 330 fallas similares, saque usted las cuentas sencillas, qué podemos esperar hacia adelante? Los sistemas eléctricos, particularmente, son diseñados con altísimos valores de confiabilidad, entre otras razones porque las redes requieren de sofisticadísimas coordinaciones de protecciones para que siempre estén en capacidad de crear islas dentro de los sistemas interconectados, de tal forma que para una falla en una parte del sistema, siempre es posible su aislamiento (aislar la parte que ha fallado) y así garantizar que solamente una parte de la red salga de servicio y no afectar la MISION del conjunto total. Estoy seguro, por el conocimiento que tengo de la excelente capacidad de los ingenieros electricistas que diseñaron las principales redes de Venezuela, y que lamentablemente hoy no están en sus posiciones que el país requiere, probablemente por no ser socialistas del siglo XXI, repito, estoy seguro que las redes eléctricas del país fueron diseñadas con altísimos niveles de confiabilidad. Si esto es así, cómo se explica que un incendio en un sitio determinado provoque la salida de servicio de casi todo el sistema eléctrico del país, por decir lo menos: ESTO ES PECADO MORTAL, hospitales y clínicas paralizados, caos en el tráfico de las ciudades, ascensores sin servicio, banca paralizada, universidades, liceos y escuelas sin operar, hampa desatada, etc., etc. Muy simple: no hay gerencia ni de operaciones ni de mantenimiento, para no hablar de planificación de sistemas eléctricos. Aunque el Presi diga que puso la luz, que de por sí es una ligereza del tamaño que no puedo referir en este escrito, la debilidad en la gerencia de este sector es insoportable, se trata del sector que, repito, soporta buena parte de la economía nacional. Sin energía eléctrica no hay petróleo, pero tampoco hay calidad de vida, crecimiento, salud, educación, etc., etc. No hay duda que la mala calidad de este servicio es una de las fuentes de la mas absoluta degradación del poder ejecutivo, y no habrá dólar que valga ni dictadura militar que se imponga, el mal está hecho y dolorosamente el que venga atrás que arree.